
Nada es imposible pero a veces es nuestra propia autoestima la que nos juega una mala pasada. Nosotros mismos somos nuestros propios enemigos, él que nos impide llegar a hacerlo que en verdad deseamos. Hay que sacarnos la timidez y el miedo, te guardas el orgullo donde nadie pueda dudar donde lo tenes, tirarlos al rincón y tomar las riendas del asunto. Salir a cabalgar. Tal vez sea una gran tonta por creer que todo puede pasar y solo para hacerlo; hay que creer. Pero siempre creí que la vida es una tragedia para los que tienen mucho por vivir y nada por qué vivir. Siempre creí que tener una meta era tener un incentivo por que levantarte todos los días, eso que hace que pongas una sonrisa cada vez que casi logras tu objetivo.
Tal vez, es solo un sueño que espero que se culpa y nunca llegue a ser realidad pero la esperanza siempre está. Es lo último que se debe perder. No importa lo impaciente que sea yo sé esperar pero la verdad es que las cosas toman su tiempo pero las grandes cosas suceden en un parpadeo.
Y aunque el mundo diga que lo que pienso no tiene sentido prefiero mil veces ser una optimista loca que una pesimista sensata porque así soy yo. Porque aunque este triste voy a sonreír y el día que llore será de felicidad.