sábado, 18 de agosto de 2012

* Recuerdos *




Llovía y parecía que nunca pararía. Con mis manos sostenía mis piernas y rogaba a dios que todo parara. Pero no paró. Los truenos empeoraban y ahora también estaban relámpagos y refucilos.
Tan solo quería paz, dormir un poco. Descansar y no tener que pensar en lo que había pasado. La única razón para aferrarse a los recuerdos es porque ellos son los únicos que no cambian cuando las personas con las que los vivimos, sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario