Para mí no es tan fácil, no puedo solo decirlo. A mí me
gusta demostrarlo pero es que para eso no sirvo. Es difícil no ponerse nerviosa
y reír como tonta, es más fácil disimular y esperar. Es que es más fácil fingir
que nada pasa.

Y capaz todos me vean como tonta pero no, yo soy de esas personas que se dan cuenta de muchas cosas pero no dicen nada. Soy de esas personas que se encariñan rápido, entregan mucho y reciben poco. Y de ahí el miedo, pero es que no lo puedo evitar y cuándo me preguntan; ¿y de ese qué te gusta? Para eso hay millones de respuestas que me tomarían hojas y hojas pero la más importante es su existencia, porque es con eso que él me alegra las mañanas, me endulza las tarde de invierno y me hace desvelar por las noches pensando esas mil cosas que podrían pasar.